El tabaquismo es una adicción, ya que presenta sus tres características:
- tolerancia creciente, que lleva a recurrir a mayores cantidades para lograr el efecto deseado
- síndrome de abstinencia, que se desarrolla cuando cesa el consumo
- consumo compulsivo.
Es una enfermedad adictiva crónica y que suele presentar recaídas. El 80% de los fumadores empieza antes de los 18 años, desarrollando adicción física y psicológica.
El 70 % de los fumadores desea dejar de serlo, pero sólo lo logra el 5-15%.
Esta dificultad para dejar de fumar radica en la persona, quien trae sus propias vulnerabilidades; y en la nicotina, sustancia componente del tabaco que es altamente adictiva. En cada inhalación o “pitada” la nicotina actúa en 10 segundos en el cerebro como una droga psicoestimulante: por unos minutos genera sensaciones de aumento del humor y mayor desinhibición en la comunicación. Así, a pesar de conocer y hasta desarrollar enfermedades tabacodependientes (cardiovasculares, respiratorias, oncológicas), el fumador muchas veces no logra cortar y sostenerse en abstinencia.
La terapia de cesación del tabaquismo es una psicoterapia focalizada, es un acompañamiento especializado en el proceso de cortar con el cigarrillo y poder sostener este cambio. En ella se aprenden herramientas específicas y personalizadas para poder llegar a desarmar esta adicción, conociéndola y conociéndose. A partir de un diagnóstico de dependencia nicotínica se conoce el grado de adicción física y se valora la necesidad de apoyo farmacológico para atravesar el síndrome de abstinencia.
Se ayuda a reducir el estado de ansiedad mediante ejercicios específicos, a cambiar hábitos y evitar situaciones de riesgo para recaídas. Se trabaja en la motivación y en el aprendizaje de cómo vivir sin el cigarrillo.